Sin lugar a dudas, la camisa blanca siempre ha sido un símbolo de elegancia, ambición, frescura y poder.
Desde siglos atrás las camisa blanca ha sido más que una prenda, un símbolo. La aristocracia y gente adinerada utilizaban las camisas blancas, impecables como muestra de que tenían quién pudiera limpiar sus camisas y mantenerlas siempre blancas, algo que no era como podemos imaginar para el pueblo que trabajaba de sol a sol.
Hasta hace unos años, la camisa blanca era el uniforme universal masculino; había estadios en los que se dejaba vacía la tribuna descubierta del jardín central porque los bateadores no distinguían una pelota contra todas esa camisas, como nos lo cuenta Glenn O´Brien en su libro, "Cómo ser un hombre".
Poco a poco, han ido introduciendo al mercado camisas con más colores y texturas que han hecho que cada vez se utilice menos esa camisa, sin embargo, aún hoy en día los trajes más formales, se recomiendan siempre con camisa blanca.
Aún, si no usas mucho traje y eres más del estilo "business casual", puedes utilizar una camisa blanca bien planchada fajada con Jeans y lucirás bastante bien.
Otra ventaja de esta camisa es que a todos nos va bien, no importa tu complexión ni color de piel, la camisa blanca a todos nos favorece.
Como recomendación, si no eres de la camisa lisa, existen camisas de este tono con texturas discretas que dan un toque especial y distinto a esta camisa tan sobria.
Ahora, que si eres fan de que una camisa lleve color y quieres convertirla en formal, puedes pedirla con cuello y puños blancos; Este toque siempre levantará la formalidad de tu camisa.
¡Ojo! No estamos diciendo que no debas usar camisa de cuadros, rayas o de otro color al blanco. De hecho sería muy aburrido siempre usar camisa blanca. Las camisas de color o con textura pueden resultar también formales y son muy recomendadas para ciertas ocasiones y eventos.
Y tú, ¿Te consideras fan de la imbatible camisa blanca?